Según este mito, la condición humana es semejante al de unos prisioneros que desde su infancia han estado encadenados en una oscura y lúgubre caverna, obligados a mirar siempre la pared del fondo frente a la caverna.
Llego a la conclusión, de que el mito incita a salir, abrir los ojos, mirar alrededor y conocer. No estancarse en algo y ver solo eso. Hay un mundo afuera, hay que buscarlo.
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